Una de las prioridades en los hogares es tratar de bajar el consumo de luz. Además, no es un secreto que una buena parte de la factura eléctrica se va en la iluminación. Por eso, usar lámparas bajo consumo es algo que ha ganado mucho terreno en los hogares.
Unido a esto, desde el año 2012 la Unión Europea dejo de producir o de importar las bombillas incandescentes. El motivo principal fue la ineficiencia de estos productos y lo contaminante que son para el ecosistema.
Pero ¿realmente son eficaces estas bombillas?, o ¿Cómo funcionan las lámparas bajo consumo? Sigue leyendo para que aclares todas tus dudas con respecto a este dispositivo de iluminación. Además, incluimos una breve guía para que conozcas todos los detalles de las lámparas de bajo consumo.
Contenido
Las lámparas de bajo consumo o lámpara fluocompacta –LFC- es un tipo de lámpara que funciona por un mecanismo de tubos que emite luz al estar en contacto con la corriente eléctrica.
Estas lámparas se componen de un tubo que mide –en promedio- 6 mm. El mismo se encuentra doblado en forma de U invertida. La longitud total de este tubo va a depender de la potencia específica de la lámpara.
El interior de la lámpara contiene una resistencia que se calienta con el paso de la electricidad. De esta forma puede emitir la iluminación.
El mecanismo de este dispositivo ha sustituido el antiguo filamento utilizado en las bombillas incandescentes por uno de wolframio.
Asimismo, la carcasa de la lámpara no tiene vacío, sino que está llena de algunos gases para que la combustión dentro de ella sea muy mínima, y así se aproveche la mayor parte de la energía que utiliza. Obviamente, esto hace que aumente el ahorro energético.
Al calentarse el filamento de la LFC sube la temperatura para ionizar el gas inerte del tubo. Dentro de esos gases están el argón, Kriptón o el neón, junto con vapor de mercurio. Esto, a su vez, genera una chispa para generar el arco eléctrico entre los filamentos.
El siguiente paso en el proceso, es que el filamento se apaga para eliminar la incandescencia y solo se mantiene el choque entre los iones de los gases para mantener constante la iluminación.
Un punto destacado en el funcionamiento de las lámparas de bajo consumo es que las adaptaciones más recientes han eliminado el efecto estroboscópico que se creaba en los antiguos tubos fluorescentes. Esto no es más que la capacidad que tiene la lámpara de encender sin parpadeos o sin tener que esperar a que caliente el filamento por completo.
El resultado final es la activación de los gases inertes que hay en la LFC para generar luz hacia el exterior.
Las lámparas de bajo consumo son más duraderas que las incandescentes tradicionales. En promedio, pueden aguantar unas 15.000 horas continuas de encendido.
El inconveniente es que no resisten mucho las encendidas y apagadas constantes. Por eso, es mejor colocarlas en espacios en los cuales no estarás con mucha frecuencia.
El consumo de una lámpara bajo consumo es mucho menor al de las bombillas tradicionales.
En primer lugar, porque las bombillas incandescentes utilizan apenas entre el 5% al 10% de la energía que usan para producir la luz, ya que el resto se malgasta en pura incandescencia o calor.
Por su parte, las lámparas bajo consumo utilizan el 80% de la corriente eléctrica para iluminar, sin generar tanto calor residual.
Aunque existen distintos modelos de lámparas de bajo consumo, hay ciertos factores que van a servir para elegir un modelo que sea funcional para ti.
Uno de los detalles principales al que debes prestar atención es al casquillo de la bombilla. Es decir, el tamaño de la rosca que necesitas. De lo contrario, podrías llevarte una lámpara que no te serviría de nada.
Los casquillos más usuales son el E27, que es la rosca tradicional gruesa, y la E14 que es un casquillo estrecho.
También, están el modelo de lámpara GU10, el cual sustituye la rosca por dos protuberancias para recibir la corriente. Estos son solo algunos de los modelos de rosca, puesto que en el mercado encontrarás muchos otros casquillos.
Se puede variar entre una lámpara con la luz menos o más blanca. Además, existen los modelos de colores que potencian un tipo de iluminación en particular.
Este valor se calcula en grados Kelvin o K.
La intensidad de la lámpara se relaciona con los vatios que tenga. A mayor Watts, la lámpara va a iluminar con mucha más fuerza.
Para las zonas pequeñas como baños o una terraza, es mejor tener una lámpara de unos 9 W.
Aunque las lámparas de bajo consumo son mucho más eficientes que las bombillas incandescentes, conllevan ciertos riesgos asociados a la salud y al medio ambiente.
De hecho, no se trata de productos inocentes e inocuos. Esto se debe a que en su interior contienen gases tóxicos como argón, neón o Kriptón, unido al mercurio.
El problema radica en que si se rompe el tubo de LFC, se liberan estos gases y van directo a las vías respiratorias, causando posibles problemas de salud.
De hecho, el vapor puede estar suspendido durante semanas en el ambiente.
Esta característica hace necesario que al terminarse la vida útil de las lámparas, se deban manejar como desechos peligrosos para su eliminación. De lo contrario, también puede causar graves daños ambientales por el residuo de mercurio que contiene.
En la siguiente tabla anexa podrás encontrar un resumen con todo el funcionamiento y las características de las lámparas de bajo consumo:
Criterio | Descripción |
---|---|
Consumo | Son bombillas que consumen al menos un 80% menos energía que las bombillas incandescentes. |
Duración | Pueden tener una vida útil de 10.000 o 15.000 años. |
Funcionamiento | Están compuestas de un tubo que contiene gases de argón, o neón, junto a mercurio. Además, integran un filamento de wolframio que se calienta mediante el paso de la corriente eléctrica, para generar luz hacia el exterior. |
Riesgo | Deben ser manejadas con cuidado, porque si se rompen liberan gases nocivos para la salud y el ambiente. |
Como ves, las lámparas de bajo consumo representan una buena alternativa de coste, ahorro y estética frente a las bombillas incandescentes “de toda la vida”.
Pero hay que estar alertas al manejo adecuado de estos dispositivos, así como tomar todas las medidas necesarias al momento de colocarlas en la basura.
Lo mejor es que cuando las lámparas agoten su vida útil, sean entregadas a un punto de control de reciclaje para su manejo adecuado.